agosto 30, 2008

El conflicto Ejemplo: El drama cotidiano en la escuela

Del Libro EL MAESTRO FACILITADOR del Dr. Sergio Michel Barbosa

En cualquier escuela del país y del mundo, existen niños y niñas que ahn aprendido paulatinamente, sin saber cómo, a vivir con resentimiento y a comportarse de manera muy huraña y agresiva. Martha X. Por ejemplo, una niña de sexto año de primaria, un dia sin previo aviso se encontró con la novedad de la ley del hielo de parte de sus hasta entonces " Intomas amigas ". Martha no se explicaba esa repentina frialdad de quien hace una semana había consederado sus mejores amigas.

Por otro lado Laura, Tere y Rosy estaban cansadas de la actitud de Martha. Segun ellas, era una presumida y "sangrona". A veces cuando le pedían algo, Martha respondia con un leve gestode incomodidad "por tener que prestar sus cosas". Después de multiples gestos sutiles, las 3 amigas decidieron unilateralmente comunicale a la pequeña presumida su molestia, de la unica formaconocida por ellas. Las niñas habían aprendido de sus padres y de otros adultos cercanos, la manera común y corriente de enfrentar el conflicto, es decir, indirectamente y átravez de no hablarle . Las niñas simplemente habían reproducido aquel viejo principio de " lo que no se dice se actua". El problema con este mensaje - que finalmente es soló una versión infantil de la manera adulta de resolver muchos conflictos- está en que la ofensora no sólo termina sintiendose lastimada y confundida, traicionada inexplicablemente por sus amigas; termina sin aprender nada de su experiencia; termina finalmente consolidando una actitud defensiva ante la vida y destinada a cometer ese mismo " error", tropezarse ante la miama piedra una y otra vez hasta la edad de los 85 años.

Una manera alternativa a esta forma ancestral de "manejar" el conflicto -de regreso con nuestra historia- surge cuando se llega a establecer entre las 4 niñas en "problemas", un clima de respeto donde Martha pueda entender la experiencia de sus compañeras no como algo amenazante; donde Martha pueda recibir la percepción de sus compañeras no como algo dicho con la intención de hacerla sentir mal y de hacerla cambiar, simplemente como una vivencia compartida.

Cuando se da la magia de escucharse con respeto y con aceptación, las niñas se enriquecen y aprendende la experiencia propia y de la ajena.
Martha por ejemplo puede aprender cómo sus gestos y su conducta de alardear son percibidos por sus compañeras: se da cuenta como ellas se alejan al sentirse rechazadas ante dichos gestos y alardes.
Por otro lado las tres amigas llegan a entender que a Martha, su padre le regaló unos lápices de colorear comprados con mucho esfuerzo y le dijo que no los prestara, porque si lo hacía, se los iba a recoger; la niña Martha ante esta situación se sentía forzada, dividida ante sus amigas por el otro. Ellas, por su parte, solamente veían los gestos de Martha pero no tenían idea de su experiencia interna.

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