septiembre 17, 2008

Cómo influyen las emociones en la salud

Articulo completo

Un grupo de pacientes cardíacos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford participó en un programa destinado a ayudarlos a suavizar las actitudes que les provocaban mal humor. Este entrenamiento de control de la ira dio como resultado un 44% menos del índice de un segundo ataque cardíaco que en aquellos que no habían intentado cambiar su hostilidad.

Un programa diseñado por Williams había tenido resultados igualmente beneficiosos. Al igual que el programa de Stanford, este enseñaba los elementos básicos de la inteligencia emocional, sobre todo el tener conciencia de la ira cuando esta empieza a producirse, la habilidad para regularla una vez que ha comenzado.

Se pide a los pacientes que tomen nota de las ideas cínicas u hostiles a medida que reparan en ellas. Si estos pensamientos persisten, intentan cortarlos diciendo (o pensando) "Basta!". Y se los estimula a reemplazar expresamente los pensamientos cínicos o recelosos por otros razonables durante estas situaciones: por ejemplo, si un ascensor se retrasa, deben buscar una razón positiva en vez de acumular ira contra alguna persona supuestamente desconsiderada que puede ser el responsable de la demora.
En el caso de encuentros frustantes, aprenden a ver las cosas desde la perspectiva de la otra persona: la empatía es un bálsamo para la ira.(algo así como tratar de ver desde el punto de vista de el otro. La empatía es lo contrario la antipatía).

Como dijo Williams: "El antídoto para la hostilidad es desarrollar un corazón más confiado y sereno. Lo único que hace falta es la motivación adecuada. Cuando la gente se da cuenta de que su hostilidad puede llevarla prematuramente a la tumba, está dispuesta a intentarlo".
Estrés: la ansiedad desproporcionada y fuera de lugar.

Un ejemplo: Me siento constantemente ansiosa y tensa.
Todo empezó en la escuela secundaria. Yo era una buena alumna y siempre estaba preocupada por mis notas, por si los otros chicos y los maestros me querían, por llegar puntual a las clases, y cosas por el estilo. Recibía una enorme presión de mis padres para que me desempeñara bien en la escuela y fuera un modelo.
Supongo que me derrumbé ante toda esa presión, porque mis problemas estomacales empezaron en mi segundo año de la escuela secundaria.
Desde entonces tengo que cuidarme con el café y con las comidas condimentadas. Cuando estoy preocupada o tensa siento que el estómago me va a estallar y como siempre estoy preocupada por algo, siempre tengo náuseas.
La ansiedad- la perturbación provocada por las presiones de la vida- es tal vez la emoción con mayor peso como prueba científica al relacionarla con el inicio de la enfermedad y el curso de la recuperación.
Cuando la ansiedad nos ayuda a prepararnos para enfrentarnos a algún peligro (una supuesta utilidad en evolución), nos ha prestado un buen servicio. Pero en la vida moderna, es más frecuente que la ansiedad sea desproporcionada y esté fuera de lugar; la perturbación se produce ante situaciones con las que debemos vivir o que son evocadas por la mente, no por los peligros reales que debemos enfrentar.
Los ataques de ansiedad repetidos señalan niveles de estrés elevados.

La mujer cuya preocupación constante le provoca un problema gastrointestinal es un ejemplo típico de cómo la ansiedad y el estrés agudizan los problemas médicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario