noviembre 23, 2009

Los que sueltan

La Cultura de los que Sueltan


Cierto día un andinista estaba subiendo a la montaña. Avanzaba poco a poco, metro a metro.
Llegó la noche y con ella una tremenda tempestad. Fuerte viento y lluvia copiosa, truenos, relámpagos y rayos. Él seguía subiendo intentando llegar al refugio para descansar.
En un momento dado un traspié hizo que se tropiece, los ganchos se desclavaron uno a uno, haciendo que el hombre cayera a una muerte segura por la ladera. De pronto su caída se detiene abruptamente quedando colgado de la cuerda… tembloroso, tambaleante, y lleno de miedo y frio. “¡Ayuda!” gritaba… pero nadie escuchaba.


Al poco tiempo oyó una voz que le susurró: “¡suéltate!”
El hombre respondió: "No, no puedo, no me soltare..."
"Suéltate…" se oyó nuevamente.
"No puedo". Y no lo hizo.


Al día siguiente lo encontraron, muerto, congelado, a un metro y medio del suelo.

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